Un cabello sano se caracteriza por ser resistente, flexible y fuerte. Dicho de otra manera, tener un pelo saludable quiere decir que puedes desenredarlo sin dificultad y sin que se caiga en exceso. De hecho, solo deberías perder entre 50 y 100 pelos al día. Además, el pelo sano absorbe bien los tratamientos capilares y no se vuelve débil.
Otra característica de los cabellos sanos es que tienen un color resplandeciente y una textura sedosa. También es esencial que las puntas estén hidratadas e igualadas. De hecho, el buen estado de las puntas es esencial para que tu melena tenga un aspecto saludable. Además, las puntas abiertas pueden acabar dañando la fibra capilar, por lo que lo ideal es que te cortes el pelo.
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